En los años de la década de los 80 del siglo XVI, un grupo de hombres linarenses tienen la idea de fundar una cofradía de carácter religioso.

Estos hombres se pondrán en contacto con los diversos conventos y parroquias de la ciudad de Linares. Al fin son apoyados por la Orden de los Dominicos y, paulatinamente, estos cofrades y el Capellán de las Monjas Dominicas formarán la Cofradía de las Angustias, de la cual, se establecerá el desaparecido Convento de las Monjas Dominicas de San Juan de la Penitencia, que se encontraba ubicado entre las calles San Juan y Campanario.

Primeros Estatutos
Por lo tanto, la Cofradía data exactamente del siglo XVI, siendo aprobados sus primeros Estatutos el día 11 de octubre de 1586, tras varias Juntas de Cabildo y con el debido permiso de las autoridades eclesiásticas, por el Ilustrísimo Señor Obispo de la Diócesis de la provincia de Jaén, Don Francisco Sarmiento de Mendoza. Dichos Estatutos se dividían en una serie de capítulos, de los cuales, se conservan aún en el archivo de la Catedral de Jaén alguna referencia como, por ejemplo, el caso de los capítulos VI, IX, XVII y XIX, que tuvieron vigencia hasta el año 1777.

Primera estación de penitencia
La primera estación de penitencia la realizó la Cofradía en la tarde del Viernes Santo de 1587, sacando en procesión dos imágenes: Santo Domingo, por ser éste el Santo devoto de la Orden; y la imagen de la Santísima Virgen de las Angustias.

Con el devenir de los tiempos y ya en el siglo XVII, la Cofradía se va engrandeciendo. A partir de esta fecha, los hermanos irán con túnicas negras y cíngulos de esparto, portando en sus manos grandes velones.

La Cofradía de la Santísima Virgen de las Angustias, tras reformar sus Estatutos, contará con seis escuadras, las cuales, hacen desfile de penitencia todas juntas en la tarde del Viernes Santo, bajo el sonido de una campana tañida y el de unas cajas de piel de conejo (cajas redoblantes):

1.    Escuadra de Santo Domingo. Santo de la Orden del Convento.
2.    Escuadra de Santa María Magdalena.
3.    La Vera-Cruz.
4.    Escuadra del Santo Sepulcro.
5.    Escuadra de San Juan Evangelista.
6.    Nuestra Señora de las Angustias o Soledad.
7.    Virgen de los Dolores.

El prioste o Hermano Mayor tenía un cargo de dos años de duración, aunque podía ser reelegido. De esta época destaca la tradición de los penitentes de las flores y las cajas redoblantes.

Con el paso del tiempo, la Cofradía cambiaría de nombre llamándose, a veces, Cofradía de la Quinta Angustia de María Madre de Dios. La antigua imagen de Nuestra Señora de la Soledad se cree que era del escultor Martínez Montañés, aunque oficialmente no hay ningún documento que acredite la confirmación de este hecho; pero así lo dice la tradición popular.

Con la guerra de 1808 – 1813, esta Cofradía como tantas otras, dejará de salir a causa de la “mofa” francesa, y su final prohibición por el Ejército Francés. Tras el restablecimiento de Fernando VII en el trono, las cofradías volverán a hacer sus desfiles penitenciales.



De Santa María la Mayor a San Francisco de Asís
A principio del reinado de Isabel II, el Sr. Mendizábal daría un decreto de desamortización de bienes eclesiásticos, por lo que, el Convento de las Dominicas de San Juan de la Penitencia desaparece. Esto hará que la Cofradía tenga que buscar una nueva residencia y, entonces, se ubica en la Iglesia de Santa María la Mayor, pero aquí estará durante poco tiempo y, al final del siglo XIX, se instalará en su sede canónica actual, la Iglesia de San Francisco de Asís.

Cambio a Cofradía del Santo Sepulcro
Al producirse la instalación de la Cofradía en dicha Iglesia, se produce un gran cambio en la misma. Los cambios más importantes fueron que, paulatinamente, las escuadras de la Virgen de las Angustias, Santo Domingo, Santa María Magdalena, San Juan Evangelista y la Santa Vera-Cruz fueron a menos. Por el contrario, las escuadras del Santo Sepulcro y de Nuestra Señora de los Dolores alcanzaron gran popularidad, por lo que, el Cabildo de la Cofradía decidió ponerle el título de Cofradía del Santo Sepulcro.

Cofradía del Santo Entierro de Cristo y Ntra. Sra. de la Soledad
En el Cabildo Extraordinario de 1917, se acuerda que la Cofradía tomara el nombre de Santo Entierro de Cristo y Nuestra Señora de la Soledad. Además, la escuadra de la Virgen de la Soledad saldrá en estación de penitencia dos veces, es decir, al atardecer del Viernes Santo acompañando al Santo Entierro, recibiendo el nombre entonces de la Santísima Virgen de los Dolores, y también saldrá ese mismo Viernes Santo, una hora antes de la media noche, recibiendo el nombre de Virgen de la Soledad, pudiendo solamente acompañar a esta imagen mujeres y un reducido grupo de directivos de la Cofradía.

Guerra Civil
Con la llegada del año 1936 y hasta finales de 1939 y principios de 1940, es decir, el periodo de la Guerra Civil, la Cofradía queda silenciosa, pero no muerta.
Cuando acabó la Guerra Civil, todo el espíritu reprimido de los cofrades empieza a manifestarse y, así, con el paso de los meses, a la Cofradía le vuelven a afluir los antiguos hermanos, que vuelven a reorganizar la Cofradía decidiendo salir la Semana Santa de ese mismo año, 1940.

Tras la Guerra Civil
En esta fecha se redactan nuevos Estatutos, el derecho de aprobación por el Obispado fue de 11 pesetas. Pero el problema mayor fueron las imágenes, pues después de la contienda que sufre el país se hacen las siguientes preguntas: ¿dónde estaban?, ¿qué fue de ellas? Según la tradición oral y de algunos testigos que vivieron los hechos, las imágenes que no fueron destruidas violentamente, fueron quemadas. De las imágenes que pertenecían a la Cofradía sólo se salvó la del Cristo Yacente, que al parecer databa de finales del siglo XVIII o principios del XIX. Sucedido todo esto, faltaba por tener la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

Encargo de la nueva imagen de Ntra. Sra. de la Soledad
A finales del verano de 1939, la Junta Directiva de la Cofradía, segura ya de que la imagen de Nuestra Señora de la Soledad había desaparecido en la contienda, se acuerda por unanimidad encargar al escultor Don Francisco Palma Burgos la nueva imagen, cuya fuente de inspiración fue su propia madre. Aún quedaba el problema de los tronos para poder realizar el desfile procesional, pero entre las cofradías de la Iglesia de San Francisco de Asís se solucionó el problema, ya que entre ellas se prestaron los tronos y todos los utensilios que hicieron fala para poder realizar los desfiles procesionales de la Semana Santa de 1940.





Nueva imagen de Cristo Yacente
Será en 1952 cuando se hable, por primera vez, de cambiar la imagen del Cristo Yacente por otra nueva de mejor estética. La Junta Directiva elabora un programa de recaudación de fondos para la nueva imagen.

Por fin es en 1956 cuando, tras varias reuniones de la Junta Directiva, se encarga al escultor Don Víctor de los Ríos la imagen del Cristo Yacente. Durante el desfile procesional de este año todos los penitentes lucen, por primera vez, la capa blanca en los tercios del Cristo y la azul en los de la Virgen.

En 1958 se le encarga al escultor Don Alfredo Muñoz que realice un nuevo trono para el paso del Cristo Yacente.

En 1959, dentro de la mayor devoción y fe cristiana y ante la admiración del pueblo de Linares, por primera vez realiza estación de penitencia la nueva imagen del Cristo Yacente, obra del escultor Don Víctor de los Ríos.

En la Junta General del 15 de marzo de 1964 se decide la creación de la escuadra de la Vera-Cruz. Según el acta, ésta irá después del Cristo Yacente. Su trono portará una Cruz que llevará un sudario y en los ángulos del trono llevará un farol. Con esto se consiguió por fin recuperar esta antigua escuadra que databa del siglo XVIII.

Donación de las Angustias
Durante el año 1971 se donó, en un lamentable estado debido a la profanación habida durante la Guerra Civil, la imagen de Nuestra Santísima Virgen de las Angustias, encontrada en los servicios del campo de fútbol de la ciudad.
Ante esto, se inician negociaciones con una serie de restauradores para que pueda desfilar nuevamente por las calles de Linares este magnífico paso. La imagen es por fin llevada a Madrid a restaurar. En 1972, después de ser restaurada la imagen, se inicia el desfile procesional.




Para finalizar esta brevísima reseña histórica, comentar el hecho de que el acompañamiento de los tambores o cajas destempladas a Cristo Yacente viene haciéndose de forma ininterrumpida desde el año 1769.

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